Seguramente el cazador de perdices experimentado encontrará pocas noticias en este artículo, dirigido a cazadores principiantes o a cazadores no tan expertos en la cacería de perdices. Esquemáticamente, el autor explica las diferencias entre el comportamiento de la perdiz roja y cómo cazarla en la llanura, en la media y alta montaña, porque no todas las perdices son iguales.
CÓMO CAZAR PERDICES EN LA LLANURA
Las perdices, en estos campos de extensas tierras agrícolas, donde casi no hay oleaje y por lo tanto no pueden ser sorprendidas por un vistazo, donde la vegetación es fina o no existe, tienen la defensa para ver al cazador antes de disparar. Esta clara ventaja para la perdiz es proporcional a la planitud y limpieza del coto de caza.
El cazador dice, sin embargo, que la dirección del vuelo es generalmente bien considerada, si no el lugar donde aterrizan, y puede intentar un nuevo enfoque.
En estas zonas de caza sólo se vende un fusil y el perro es de poca ayuda, sobre todo en una hipotética colección si tiene la suerte de atrapar una perdiz, o de señalar algún camino con el acompañamiento de algún rastro, pero es normal que el cazador no aprecie la muestra de su aliado.
Lo que puede ser efectivo es una mano mucho antes de las puntas y formar una “U”, con el viento en la cabeza cuando sea posible, dejando una distancia suficiente entre sus componentes.
De esta manera, las perdices levantadas de las alas de la mano pueden aventurarse a volar contra ella y alcanzar a los cazadores en el centro. En cualquier caso, si es posible, lo ideal es exprimir las perdices en la parte donde se encuentra la mayor parte de la vegetación cercana: un viñedo, un arbusto o un suelo perdido. Aunque no siempre, suele ser la elección natural.
En estos lugares el perro trabajará mejor y las perdices aguantarán más. Las densidades pueden llegar a ser muy altas, dada la abundancia de alimento, y más si hay alguna cobertura para la reproducción, bordes o algún arbusto entremezclado con algunos depredadores.
CÓMO CAZAR PERDICES EN MEDIO DE LA MONTAÑA
Es el terreno ideal para cazar perdices tanto a mano como en línea. El sotobosque se entremezcla con culturas y entre los arbustos y matas que salpican el paisaje es fácil encontrar perdices cansadas después de los vuelos.
Las ondulaciones en el suelo permiten sorprenderlos en los afloramientos y lanzarlos incluso al primer desarraigo por la ladera; también es importante empujarlos hacia los bordillos o algún trozo de montaña que pueda buscarlos más tarde.
Las patirrojas se encuentran a menudo comiendo en praderas y campos de cultivo, y son ideales para patear estas áreas antes de poner perdices en el monte. No parecen ser muy inteligentes en esto, ya que el cazador tiene más ventaja que el “limpio” y, a pesar de todo, éstos son a menudo sus deseos.
El conocimiento y la intuición del cazador le dirán si se encuentra en una zona “caliente”: una mirada en la parte superior, una nota de kerencia le traerá estrés.
El perro, cuando las perdices están frescas y sobre todo si hace frío, no es bien tolerado por este último en su vecindario y puede ser levantado a distancia.
Con varios vuelos y calor, la cosa cambia y la perdiz, cansada, parece volverse menos arisca y admite una obra del perro más cercano, incluso alguna muestra.
Caza en la mano, esta se reunirá más en las más cerradas, abriéndose en las tierras. Siempre es importante que una o ambas alas, dependiendo del terreno, avancen para ponerlas en la mano o cortarlas.
CÓMO CAZAR PERDICES EN ALTA MONTAÑA
En las altas montañas hay menos densidades de perdices rojas, debido principalmente al duro invierno y a la falta de alimento.
Los inviernos fríos pueden dificultar la supervivencia de las personas. Incluso el cazador sufre de mal tiempo y es conveniente estar informado del parte meteorológico.
Las necesidades físicas son aún mayores, y para encontrar un lado hay que viajar en un terreno muy empinado. Aquí el trabajo del perro es muy importante, buscar huellas, levantar el costado y recoger si es necesario.
Que el perro cace durante mucho tiempo puede ser una ventaja para mover más terreno y localizar los costados, y que sus reacciones sean más fiables, verle caliente o ponerlo causa tensión en el cazador casi siempre justificada.
A la perdiz, en lo alto, también le encanta desmantelar y es fácil que el lado esté de alguna manera claro o de alguna manera, y también por eso preferir, entre los dos tipos de vegetación más comunes en las altas montañas, los piornales, de suelo más limpio, donde pueden moverse más cómodamente, antes del brezo.